Distribución de larvas de invertebrados bentónicos en el fiordo del río Baker, Patagonia Chilena Factores biológicos e hidrodinámicos.

Abstract

Los ambientes estuarinos representan un hábitat crítico para etapas tempranas del ciclo de vida en muchas especies costeras, incluyendo crustáceos bentónicos y peces de importancia económica. La circulación estuarina y su interacción con flujos mareales puede promover la retención o exportación de estadios tempranos y determinar patrones de reclutamiento larval y renovación de las poblaciones. Cambios en los factores físicos con mayor influencia en la circulación estuarina (ej. aportes de agua dulce), podrían tener efectos profundos sobre la estructura y dinámica poblacional de especies costeras cuyos ciclos de vida incluyen estadios tempranos de vida planctónica. En este trabajo se caracterizó la composición y estructura espacial del meroplancton a lo largo del fiordo del río Baker, y se evaluó su asociación con cambios espaciales y estacionales en la estructura hidrográfica. Además, se evaluó el rol del río Baker como regulador del flujo larval de invertebrados bentónicos en el fiordo del río del mismo nombre, en particular en larvas y juveniles del langostino Munida gregaria. La comunidad de meroplancton presentó un cambio en su estructura entre los meses de mínimo y máximo caudal del río (octubre y febrero, respectivamente) explicado por un cambio en el grupo dominante desde larvas de cirripedios a larvas de bivalvos. Este cambio fue consistente con cambios en la estructura hidrográfica a lo largo del fiordo, principalmente asociado con cambios estacionales en la descarga del río Baker. No se encontró un patrón espacial significativo que pudiera dar cuenta de la variación en el meroplancton a lo largo del Canal Martínez en el fiordo del río Baker, en tanto que la variabilidad temporal y las variables ambientales dieron cuenta de 36,6% y 27,6% de la varianza, respectivamente. Los estadios larvales tempranos (nauplios) y avanzados (cipris) de cirripedios fueron más abundantes en agua con menor temperatura, mayor oxígeno disuelto y mayor concentración de clorofila-a; las larvas de bivalvos estuvieron asociadas con aguas más cálidas. El cambio estacional en la dominancia numérica, de larvas de cirripedios en primavera a larvas de bivalvos en verano, sugiere que la reproducción de estos grupos es gatillada por condiciones diferentes, en términos de hidrografía y disponibilidad de alimento. Además, se caracterizaron los patrones estacional y diurno-nocturno en la abundancia de larvas y juveniles de Munida gregaria en esta área. Las larvas zoea fueron más abundantes a fines de invierno y en primavera, coincidiendo con la estación de menor transporte de sedimento y mayor producción primaria en la región. La ocurrencia de juveniles fue exclusivamente en verano. Los patrones de más corto plazo (24 h) en la abundancia y distribución vertical, indicaron que las zoeas fueron significativamente más abundantes en la profundidad de 10-25 m (p=0,039), y cambios en la abundancia integrada en profundidad de zoeas y megalopas estuvieron fuertemente asociados con el ciclo mareal. Estos resultados sugieren que la estructura espacial de M. gregaria en esta región podría responder al forzamiento combinado de cambios estacionales en aportes de agua dulce, procesos dirigidos por comportamiento de migración y marea como transporte lateral de larvas y juveniles, y cambios en las condiciones locales mediados por ondas internas. Finalmente, durante la estación de máxima descarga del río se caracterizó la circulación en el fiordo y se determinó el flujo de larvas. Cerca de la desembocadura del río Baker se encontraron asimetrías transversales en la corriente a lo largo del fiordo, la circulación lateral o secundaria también fue importante. Los estadios tardíos de nauplios de cirripedios y las cipris aumentaron su abundancia desde la estación más oceánica hacia una estación próxima a la desembocadura. Cerca de la desembocadura del río Baker, el flujo instantáneo cerca de la superficie (0-25 m) mostró que los nauplios son transportados hacia la cabecera del fiordo mientras que las cipris son advectadas hacia el océano. Las zoeas de M. gregaria son exportadas del fiordo al océano, patrón que es consistente con la literatura. Diferentes taxa y estadios de larvas de crustáceos responden de manera diferencial a variaciones espaciales de pequeña escala en flujos a lo largo del fiordo durante la estación de máxima descarga del río. Dadas las tendencias actuales de cambio climático y el aumento del derretimiento de glaciares en los campos de hielo de Patagonia (Glasser et al. 2011), los cambios en la descarga de agua dulce podrían fortalecer la circulación estuarina al aumentar el gradiente de densidad (Chua & Xu 2014). Sin embargo, no es posible determinar como el cambio climático afectaría el comportamiento, transporte y retención de larvas, así como los patrones de conectividad entre las poblaciones