Femicidio en Chile entre los años 2010-2019: Análisis del registro óseo. Una revisión desde la Antropología Física-Forense.

Abstract

El femicidio como concepto fue utilizado por Diana Russell, por primera vez, en 1976, para referirse a los asesinatos de mujeres sólo por el hecho de ser mujeres; se diferencia de los homicidios por su carga misógina, de desprecio o sentido de posesión hacia las mujeres. El Estudio Global sobre Homicidio: Asesinato de mujeres y niñas por motivos de género, de la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas (2019), establece que, sólo en el año 2017, ocurrieron 87.000 femicidios a nivel mundial. El femicidio es una forma de violencia extrema hacia las mujeres que se sostiene en la violencia de género. Esta última, permite la reproducción de una violencia de carácter sistemática y estructural, basada en la subordinación de las mujeres sólo por el hecho de serlo, con una coartación de su libertad, sexualidad, autonomía, entre otros (Aresti, 1997; Croce, 2010). Cuando ocurre un femicidio, es probable que en la investigación se evidencie la presencia de violencia sexual y/o física previa, ya que estos dos factores constituyen fenómenos comunes y frecuentes en el desencadenamiento de femicidios. La violencia sexual busca denigrar el cuerpo del otro individuo, sin contemplar sus sentimientos o cualquier tipo de consecuencia física: se puede lograr bajo un sistema de dominación, donde el uso desigual de la fuerza y el poder ayuda a la coerción de la víctima (Aresti, 1997). Por otra parte, la violencia física es altamente probable encontrarla en un ámbito del tipo doméstico. Su frecuencia es amplia, ya que, social y culturalmente, no se reconoce y se mantiene oculta bajo la esfera tradicional e íntima de cada familia (Aliaga, Ahumada & Marfull, 2003).