Resumen:
El sujeto dariano no es estable, sino que deviene, siempre en un entre que produce restos. El primer estadio del sujeto, corresponde a las obras juveniles, está determinado por el romanticismo europeo y latinoamericano. Frente al sujeto aparece la realidad del deseo, y es captado por los dualismos de la jouissance, oscilación entre dolor y goce. Poco a poco se va a aproximando paulatinamente al sujeto entre posterior, critica la modernidad, rechaza el nuevo erotismo desde su posición entre la realidad y la trascendencia. El segundo estadio corresponde a la obra escrita en Chile aparece enmascarado bajo becquerianismos, no obstante produce restos que señalan la clausura del sujeto romántico y el advenimiento del escritor profesional, en que los restos surgen de un sujeto marginal. El tercer estadio del sujeto, corresponde a Prosas profanas. Surge a partir de los discursos producidos en las esferas del arte bonaerense en plena modernización. El sujeto se caracteriza por su mirada interior, dirigida hacia el sueño y la fantasía; constituyéndose como un sujeto testigo del espectáculo una la cultura arrasada por el poder del deseo; dada su posición entre la periferia y la metrópolis, produce restos anti-institucionales y críticos. El cuarto estadio del sujeto, está determinado por la historia vivida. Su mirada se vuelve hacia el exterior y se reencuentra con un nosotros que construye el sujeto entre y produce una identidad latinoamericana modernizada. Esta modernización del sujeto es capaz de reunir historia y sexualidad, dos referentes centrales de la realidad. Configurando una visión de mundo ginocéntrica, abierta a las pulsiones de la vida y enfrentada a la cultura de la muerte, la agencia del capitalismo positivista.