Resumen:
Los contaminantes orgánicos tóxicos, tales como los compuestos heterocíclicos y fenólicos, representan un serio peligro para la estabilidad de los ecosistemas acuáticos y para la salud humana, por lo que deben ser eliminados previo a su vertido a los cuerpos receptores. Desgraciadamente, los sistemas de tratamiento convencionales, basados en la actividad de los microorganismos, son inadecuados para destruir este tipo de compuestos, ya que en su mayoría no son metabolizables como fuente de carbono y pueden ser adsorbidos por la membrana celular, derivando en su bioacumulación y biomagnificación. Más aún, la presencia de estos compuestos puede inhibir la actividad de los microorganismos en dichos sistemas de tratamiento, reduciendo su capacidad depurativa.