Resumen:
El rol de la pequeña agricultura en el desarrollo de una economía competitiva, es frecuentemente puesto en duda. Sin embargo, su importancia en el uso de recursos y como fuente de trabajo en Chile, es innegable: produce un 35% del PGB agrícola, utiliza un 40% del suelo agropecuario y emplea cerca de un 80% de la población rural
chilena. (Echenique y Rolando, 1989). La viabilidad de la agricultura campesina en Chile, se ve enfrentada a dos grandes desafíos: Transferencia tecnológica eficaz y su asimilación en la práctica
y por otro lado alteraciones en la naturaleza de la competencia en dinámica de los canales de comercialización. En este contexto, la comercialización conjunta, es una eficaz autodefensa. El productor que comercializa en forma individual su producción, difícilmente lo hace con mayor eficiencia que el intermediario especializado, puede lograr un alto nivel de eficiencia. En un clásico manual de la FAO, se recuerda cuales funciones comerciales pueden asumir al unirse los productores tales como: acopio, envase, almacenamiento, y la venta.