Resumen:
Los candidatos que van a una reelección compiten en condiciones diferentes de quienes los desafían. En efecto, un incumbente (titular) ya es conocido por la ciudadanía y tiene un desempeño en el cargo que defender. Estas condiciones le pueden coadyuvar en mejorar su resultado electoral (Gordon y Landa, 2009). Si bien, algunos estudios afirman que la titularidad beneficiaría o perjudicaría a un candidato según el desarrollo de la democracia y otros factores (Eggers y
Spirling, 2014), existe extensa literatura que relaciona la incumbencia con una ventaja electoral. Las elecciones municipales en Chile muestran evidencia de esta ventaja de los incumbentes. Por ejemplo, en la elección municipal de 2008 los incumbentes obtuvieron en promedio un 25 % más de votos que los desafiantes con mayor
votación y gastaron un 26 % más. Si consideramos a todos los desafiantes, la ventaja en votos asciende a 118 % y en el gasto a 92 %. La igualdad en el acceso a recursos y en los límites de gasto mejorarían la competitividad de las elecciones sólo si generaran resultados más ajustados (Krasno y Green, 1993).