Resumen:
En el contexto de frustrados procesos de emancipación social y
transformaciones sociales, particularmente, en el ámbito del cono sur, hacia
fines de la década de los ‘70 y los ‘80, se experimentó un importante
movimiento intelectual reformador de la tradición democrática en el
pensamiento y la historia política de nuestro país.
Este movimiento intelectual, definido como “esfuerzos de renovación” o
inspiración de un “nuevo contrato social” supo situar históricamente el tema
de la democracia como una problemática crucial en los ’80. Sustantivamente,
dicho movimiento supo problematizar el tema de la democracia en el contexto
ofensivo de las teorías conservadoras y regímenes militares. Lo novedoso de
este movimiento intelectual, es que sitúa el tema de la democracia tanto como
un ajuste teórico como histórico
Hacia fines de la década de los ’80 y los ’90 la historia política de nuestro país
asiste a un nuevo periodo histórico, de “transición democrática”, según
caracterización de una mayoría de autores. Dichos estudios, sin embargo,
pueden ser considerados como estudios estructurales, los cuales colocan
énfasis en los llamados “factores“ ya sea institucionales, de fuerzas externas
o del capital. En este trabajo, en cambio, los cambios y transformaciones de la
década de los ‘80 y ‘90 se abordan desde una campo de análisis poco
desarrollado, el de la producción de prácticas discursivas politicas. Estas
prácticas discursivas en el ámbito político-intelectual son una clave de este
proceso histórico ya que constituyen el núcleo productor y de cambio de dicho
proceso. Se presentan éstas, como una activa y relevante producción de la
nueva significación de la democracia en los ’80; asistiría a un nuevo periodo
entre 1988 y 1992, que caracterizamos como “emergencia histórica; y serían
portadoras de nuevas significaciones rupturistas de la democracia, de mayor
impacto en lo que se trata de hacer entender por democracia en nuestro país.