Resumen:
Berger y Luckmann (1968:45) plantean que el lenguaje es una forma
de acopio social que permite la ubicación de los individuos dentro de la
sociedad; así, según los autores, es el mecanismo más decidor y relevante,
mediante el cual se puede manifestar y recibir una serie de conocimientos y
experiencias acumulados.
De esta manera, el lenguaje es una de las formas más adecuadas de
objetivación del ser humano que permite, incluso, conocer cómo él se
percibe a sí mismo, a la sociedad y al medio que lo rodea. Sin embargo, el
lenguaje y sus mecanismos han sido los menos estudiados, en el caso de los
sujetos de nuestra investigación: los jóvenes con reincidencia delictual.
De acuerdo al último CENSO, al 1% de un total de 1.014.145
adolescentes de entre 14 y 18 años; si bien, podría considerarse esta cifra
un número bajo, es probable que estos jóvenes se transformen dentro de
poco tiempo en adultos con antecedentes criminales o criminales
propiamente tal.
Sin duda, la formación de estos jóvenes ha sido similar a la de muchos
otros que pertenecen a una familia, han asistido a la escuela y se ha
relacionados con sus pares, no obstante, en algún punto la mayoría de ellos ha transformado una conducta desviada, como el robo (Gilbert, 1997:202) en
una actitud habitual.