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Este trabajo se realizó con base en los datos del proyecto FONDECYT N° 1050567 “Efectos geológicos y
ambientales en la dinámica geomorfológica e hidrogeológica de la hoya del río Aysén”, el cual busca
contribuir a un modelo de gestión sustentable de los recursos naturales del territorio. La cuenca del río Aysén
se localiza en la región homónima, cuya cabecera está emplazada en la Pampa Patagónica cruzando la
Precordillera y cordillera de los Andes hacia su desembocadura en el fiordo Aysén.
Dentro de las formaciones presentes en la cuenca, destaca el Batolito Norpatagónico de composición
principalmente granítica, que aflora en la zona occidental, al igual que las rocas volcánicas pertenecientes a
las formaciones Divisadero e Ibáñez cuyas extensiones cubren la mayor parte de la zona oriental. También,
es relevante mencionar los depósitos sedimentarios plio-holocenos que, si bien están localizados en toda la
zona, se distribuyen principalmente en el sector oriental de la cuenca, como evidencia de una actividad
glacial intensa.
La acción de la cordillera de los Andes como biombo climático y los efectos de la continentalidad explican
la existencia de zonas climáticas meridionales, caracterizadas por alcanzar precipitaciones mayores a los
3.000 mm anuales en la zona cordillerana occidental, las que disminuyen hacia el sector oriental pampeano
a menos de 500 mm Del total de precipitación ocurrida en un año promedio (1996-2017) en la cuenca en
estudio, el 59,5% se transforma a escorrentía directa. En tanto que el 27,4% se evapotranspiración por medio
de la vegetación y el suelo; mientras que el 13,1% restante se infiltra a través de los suelos.
De acuerdo al criterio de Struckmeier y Margat (1995), las diferentes unidades litoestratigráficas de la
cuenca fueron agrupadas según su potencial hidrogeológico. Se clasifica con alto potencial hidrogeológico
(A) a los depósitos fluviales y glaciofluviales, cuya permeabilidad varía de 1 a 102 m/día, correspondiendo
al principal acuífero freático de la cuenca. Los depósitos de origen fluvial de menor extensión y espesor de
valles secundarios poseen un potencial hidrogeológico moderado (B). Los depósitos glaciales y remoción
en masa debido a su origen, son muy heterogéneos en lo que a granulometrías se refiere, permitiendo la
existencia de captaciones de bajo potencial hidrogeológico (C). En cuanto a la permeabilidad de las unidades
consolidadas, está condicionada principalmente por sus características geomecánicas. Entre estas últimas,
son con bajo potencial hidrogeológico (C) aquellas formaciones de alto grado de fracturamiento. En cambio,
las unidades consolidadas que tienen escaso fracturamiento o está muy localizado, son de bajo o nulo
potencial hidrogeológico (D), al igual que los depósitos de origen lacustre.
El agua de la cuenca es tipificada como dulce, mayoritariamente como bicarbonatada cálcica y mixta, con
algunas excepciones debido a procesos tanto de origen natural como antrópico. Posee mayoritariamente
bajas conductividades eléctricas, que aumentan hacia la zona oriental. Esto último se produce
principalmente por la meteorización de minerales provenientes de formaciones de origen volcánico y
sedimentario, al igual que a una cada vez menor tasa de renovación de sus aguas hacia el oriente.
El análisis isotópico revela diferentes intensidades de fraccionamiento cinético en la cuenca, debido al clima
húmedo occidental representado por la línea de evaporación local (LEL) δ²H = 6,5158*δ¹⁸O - 12,31,
mientras que la zona oriental de menor humedad posee LEL de δ²H = 4,9548*δ¹⁸O - 29,554. El elevado
exceso de deuterio (d-excess) de las muestras generalmente relacionadas a elevadas alturas, se puede
explicar por la humedad reciclada proveniente del continente, como también al menor fraccionamiento de
la precipitación en las cumbres. La mayoría de las muestras posee señal isotópica similar a la precipitación
media ponderada de la ciudad de Coyhaique (GNIP), entre los meses de abril a octubre. La menor
precipitación y mayor evaporación de verano, junto al descenso de la isoterma 0 en invierno, permiten
determinar que la recarga principal ocurre durante los meses de otoño y primavera. |
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