Resumen:
El objeto de estudio de esta investigación es la escritura íntima y ensayística de Luis Oyarzún
Peña (Santa Cruz, 1920 - Valdivia, 1972). Su objetivo es ofrecer elementos de análisis crítico
para probar que lo que denomino narrativa del caminar es fundamental en la configuración del
pensamiento ecológico del autor. El corpus de estudio proviene, fundamentalmente, del Diario
íntimo (1995) de Oyarzún y de uno de sus ensayos póstumos, Defensa de la Tierra (1973). Las
reflexiones que el intelectual chileno registró en su diario acerca de la polución del aire, la
contaminación de cursos de agua, la deforestación y la erosión, el culto a la velocidad del mundo
moderno, la extinción de especies vegetales y animales, la desaparición de lo real como efecto de
las tecnologías, la necesidad efectuar un ordenamiento territorial que respetase los espacios de
pureza, la sobrexplotación de recursos, la estandarización de la vida en las ciudades y nuestra
responsabilidad con las generaciones futuras, nos permiten afirmar que su escritura son huellas
de su pensamiento ecológico. Lo mismo su ensayo Defensa de la Tierra (1973) que no es sino
una reescritura de partes del diario.
Es interesante señalar que la mayoría de sus ideas no fueron producidas desde un
escritorio. Oyarzún fue un empecinado viajero y entusiasta caminante. Tras sus caminatas, en las
horas de descanso, registraba en su diario vívidas notas acerca de la geografía, de árboles,
animales y plantas, breves prosas impresionistas que celebran, el día, la vida, la naturaleza. Junto
con ello, celebró las bondades de salir de excursión y criticó al intelecto práctico de modernidad
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por su responsabilidad en las catástrofes medioambientales.
Así, la pregunta que guía esta investigación es la siguiente: ¿cuánto le debe el pensamiento
ecológico de Luis Oyarzún a sus caminatas y excursiones? Mi hipótesis es que en la escritura de
Oyarzún el caminar representa una profunda experiencia material, espiritual, intelectual y
estética que siempre alcanza el mismo punto: una afectividad por la naturaleza, un sentimiento de
bienestar y serenidad cuando se encuentra rodeado de ella, un placer estético ligado a su
contemplación, una reflexión ética prospectiva sobre las condiciones del entorno, las especies y
el lugar del ser humano en el planeta; en resumen, un pensamiento ecológico.