Resumen:
La mayor parte de los análisis y estudios acerca de las Iglesias tradicionales y patrimoniales en madera de Chiloé se han concentrado en seguir redescubriendo las interesantes características arquitectónicas, constructivas y tipológicas del modelo actualmente conservado; un modelo heredado
principalmente de las reconstrucciones por parte de los franciscanos a fines del siglo XIX y comienzos del XX, sin embargo, muy poco se ha hablado o
escrito acerca de cuál sería su origen, o de donde emergió esta particular forma de hacer arquitectura en el archipiélago. Aunque se reconoce en la misión jesuita, además de su aporte fundamental a la identidad religioso-cultural del pueblo chilote, la responsabilidad de colocar las primeras capillas sobre el territorio desde los inicios del siglo XVII, debido a la escasez de datos acerca de ese periodo, tampoco se ha
profundizado en el estudio o la interpretación de su forma original; tampoco se han realizado análisis orientados a saber cómo eran físicamente esas primeras iglesias y si es que tuvieron o no algún aporte concreto que, posteriormente, los franciscanos utilizarían para determinar un modelo que,
dicho sea de paso y en un sentido comparativo, parece atípico a otros templos construidos en Latino-américa o incluso en Europa en esa época. Por tanto, surge un interés y una oportunidad de buscar y develar antecedentes que puedan articular lo que parece una extraña fragmentación histórica entre el periodo inicial jesuita y el posterior franciscano, orden a la que hasta hoy se considera como autores casi exclusivos de la particular tipología de iglesias misionales de Chiloé