Hábitat 4D adaptabilidad en la vivienda social.

Abstract

En el proceso de cubrir el déficit habitacional, la manera más común de hacerlo ha sido entregar viviendas idénticas masivamente, ya sea en forma de edificios de departamentos, viviendas continuas, pareadas, mediante diferentes procesos de financiamiento (subsidios, créditos hipotecarios, etc.). Como los recursos siempre son insuficientes, los proyectos masivos resultan óptimos del punto de vista económico, pero ofrecen una baja calidad de vida a sus habitantes y limitan el desarrollo de la ciudad. Estos conjuntos se emplazan generalmente en la periferia de la ciudad, por motivos de costo de terreno, y su efecto es homogenizar los bordes urbanos, dando una imagen ajena y repetitiva en todas las ciudades. De esta manera Chile ha buscado reducir continuamente el déficit habitacional. Sin embargo, esta política ha sido casi completamente cuantitativa más que cualitativa, preocupándose más de entregar soluciones habitacionales a la mayor cantidad de familias en el menor tiempo posible descuidando la calidad de las viviendas entregadas e ignorando el impacto que generan en el crecimiento de las ciudades. Este fenómeno ha llevado a generar diversos problemas como son la indiscriminada expansión urbana, lo que produce una acentuada segregación social que aleja a las personas de las redes de servicios como lo son la educación, la salud, el transporte, el empleo, etc., generando verdaderos “guetos” con hacinamiento, delincuencia y diferentes problemas sociales. Es por esto que el re-pensar la ciudad, y más específicamente, estos nuevos conjuntos habitacionales desde su unidad básica hasta su agrupamiento y emplazamiento, pasa a ser un proceso esencial de análisis y autocrítica para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.