Resumen:
Vivimos sin darnos cuenta inmersos en esta sociedad basada en “imágenes visuales”, donde tanto las artes como la arquitectura cae en este “goce” por contemplar la obra a través de la vista. Esta concepción del mundo que caracteriza nuestro “habitar” es principalmente excluyente para aquellas personas limitadas visuales, que poseen alguna disminución o pérdida total del sentido de la vista. La problemática de la discapacidad visual, se abordara entonces desde la perspectiva del
como conformar un “hábitat” que permita una accesibilidad a las personas ciegas al “goce” de la
arquitectura, no como un cuadro de arte que se mira desde el exterior, sino como una obra que puede recorrerse, que puede tocarse, que logra cautivarnos emocionalmente a través de todos los sentidos. Para esto es imprescindible tomar contacto con los directos afectados, escucharlos, no
creer que nosotros tenemos todas las respuestas y sí creer que ellos nos pueden decir cosas que nuestra mente nunca alcanzaría a imaginar si no hemos sufrido algún tipo de discapacidad.
Los arquitectos debemos rencontrar nuestra tarea que es construir un lugar para todos y con
el mismo arte y funcionalidad para todos.