Resumen:
Desde tiempos remotos, el witxal ñimin se ha conformado por ser una técnica compleja
que ha buscado vestir y connotar a la comunidad ancestral Mapuche de dotaciones
simbólicas, demarcando a una persona ─social y espiritualmente─. Su composición
matemática, se interrelaciona con la sensibilidad de la mujer tejedora, siendo aquello
una simbiosis entre la perfección, lo espiritual y también lo femenino.
Con el nacimiento del discurso museal, el witxal ñimin fue conducido como parte de la
exhibición de los distintos museos del territorio, existiendo las prendas textiles;
clasificadas, numeradas y exhibidas en vitrinas superficiales.
La traslucidez de aquella permanente exhibición y la implementación del discurso
museal, han promovido la fisura interrumpida del witxal ñimin y su memoria, forjando un
vacío, fomentado por la ausencia de la comunidad tejedora, en el silenciamiento de un
discurso intercultural institucionalizado.