Estudio catastral de espacios agrarios periurbanos en el AMC: comunas de Concepción, Talcahuano, Hualpén, Chiguayante, Penco y Tomé.

Abstract

El crecimiento urbano contemporáneo, asociado a la industrialización, ha configurado una nueva topología espacial, estas son las Áreas Periurbanas, «espacios plurifuncionales en los que coexisten características y usos del suelo tanto urbanos como rurales, sometidos a profundas transformaciones económicas, sociales y físicas, y con una dinámica estrechamente vinculada a la presencia próxima de un núcleo urbano de gran entidad» Los espacios periurbanos tienen la calidad de áreas de contacto o de interface (Kayser 1972) entre el mundo rural, el campo y el mundo urbano, ciudad, conservando los rasgos del primero y a la vez soportando la atracción del segundo. Son espacios muy dinámicos y heterogéneos localizados en el entorno de la ciudad, con una presencia dispersa de funciones urbanas, junto con la ausencia de una estructura urbana coherente que proporcione unidad espacial a los diversos elementos y todo esto sobre una base rural que constituye su soporte. La delimitación de los espacios periurbanos atendiendo tanto a criterios cualitativos como a cuantitativos, la mayoría de las veces se vuelve inoperante debido al gran dinamismo que experimentan estos espacios, como apunta Elizabeth Delios, la mutación constante de los mismos, la alteración en cortos espacios de tiempo de las estructuras físicas, económicas y sociales pueden convertir en inoperante el concepto de delimitación. Los intentos por aislar los espacios periurbanos de su entorno urbano y rural a menudo impiden comprender la naturaleza del fenómeno de la periurbanización, el cual sólo puede ser entendido si consideramos la ciudad, el espacio periurbano y el espacio rural como elementos de un único sistema.