Resumen:
Los distintos modelos económicos implementados por la élite de las zonas rurales a lo largo de la historia de América Latina y Chile han permitido la explotación de la tierra y sus recursos naturales, y con ellos a su gente, sin mayor resistencia. El campesino distribuido entre los vastos latifundios, haciendas, predios y actualmente en empresas, ha padecido distintos embates sobre su figura. El afán modernizador propiciado por la clase empresarial y el Estado sumado a la aceleración de los procesos sociales producto de la globalización, mantienen estancados a sectores rurales periféricos a ciudades regionales donde se practican actividades agrícolas. La presente investigación indaga sobre los distintos elementos que han influido en la constante precarización de la ruralidad, intentando visualizar el actual panorama de los trabajadores agrícolas, problemáticas en las relaciones de producción que se traspasan a una sociedad rural cada vez menos rural, con una frágil identidad territorial.