Resumen:
Las personas que poseen un diagnóstico de Trastorno Mental Grave (TMG)
frecuentemente deben lidiar con dificultades derivadas de dos focos principales: una, por
los problemas o síntomas propios de su condición de salud y otra, que se asocia a las
repercusiones que la etiqueta gatilla en su entorno social, dentro de lo cual se incluye la
discriminación y estigmatización (Cazzaniga & Suso, 2015).
El estigma produce efectos sobre distintas áreas del desarrollo humano (Jackson,
2015) y se presenta como un fenómeno de carácter social, que depende de una estructura
de poder que lo sustente (Link & Phelan, 2001; Yang et al., 2007), presentándose en
diversos contextos, incluidos los de atención en salud (Li, Li, Thornicroft & Huang,
2014).
Las investigaciones existentes en torno al tema presentan una carencia en cuanto al
abordaje del carácter relacional del estigma (Hebl & Dovido, 2005) y es por lo mismo
que el presente estudio tiene como objetivo explorar y comprender cómo se manifiesta la
estigmatización hacia personas con un diagnóstico de Trastorno Mental Grave (TMG) en
la interacción en contextos formales e informales, entre profesionales de salud mental y
entre profesionales y usuarios.
Para lograr dicho objetivo, se diseñó una investigación cualitativa con enfoque
etnográfico, donde los datos fueron recopilados por medio de la integración de las
siguientes técnicas: observación participante, entrevistas de tipo etnográfica y semiestructurada. Lo anterior fue efectuado al interior de dos COSAM y en el Hospital de
Día, pertenecientes al centro de responsabilidad de salud mental de un Hospital de la
Región del Biobío, correspondiente al Servicio de Salud Biobío, contemplando un
tiempo de trabajo de campo de 3 meses. Posteriormente, el análisis de los datos se
efectuó a través de análisis temático y de contenido.