Resumen:
El estudio de los mecanismos moleculares subyacentes al desarrollo del cáncer
comprende el uso de compuestos capaces de actuar como promotores tumorales,
los que favorecen la proliferación de células incompletamente transformadas. Dentro
de ellos, uno de los más ampliamente utilizados es forbol 12-miristato 13-acetato o
PMA. Los efectores a nivel celular de este compuesto corresponden a una familia de
serina-treonina quinasas, conocidas como “Proteína quinasa C” o PKC, que
participan en distintas vías de transducción de señales, regulando procesos como
diferenciación, sobrevivencia y proliferación celular. PMA es capaz de producir la
activación y posterior depleción de las distintas isoformas de PKC y generar así un
fenotipo canceroso mediante la desregulación de complejas vías de transducción de
señales y la activación o inactivación de efectores corriente abajo de PKC. Dentro de
las proteínas que se ven alteradas bajo el tratamiento con PMA, se encuentra la
cisteíno proteasa Catepsina L, ya que la exposición a este compuesto durante
periodos de tiempo prolongados incrementa los niveles de expresión de esta
proteína. Catepsina L participa en la degradación terminal de proteínas en los
lisosomas, sin embargo, realiza otras funciones dentro de la célula, las cuales
requieren que se localice en otros compartimentos celulares. Un ejemplo de lo
anterior es el rol que ejerce esta proteasa a nivel nuclear, donde participa en la
activación por clivaje del factor de transcripción CDP/Cux en la transición G1/S del
ciclo celular, permitiendo así la transcripción de genes necesarios para llevar a cabo
la síntesis de ADN. Este factor de transcripción, previa transición G1/S, se encuentra
inactivado por fosforilación mediada por PKC, por lo que su actividad también se ha
visto alterada en presencia de PMA, disminuyendo su capacidad de unión a ADN in
vitro luego de tratamientos de corta duración.