Resumen:
La Bahía de Mejillones (entre 22°58´32,55”S - 70°19´18,72”O; 23°01´32,97”S -
70°29´50,79”O), presenta uno de los centros de surgencia más importantes en la zona norte
de Chile, convirtiéndola en un centro de alta diversidad (hotspot) y productividad primaria.
No obstante, a inicios del siglo XX la bahía ha experimentado un incremento en las
actividades antrópicas, que han contribuido al incremento en las concentraciones de
metales pesados. Por lo cual, pueden generar respuestas a nivel individual y comunitario
en la biota bentónica. Los foraminíferos constituyen una parte importante del bentos y
poseen ventajas que les permite ser considerados como excelentes bioindicadores de los
cambios ambientales y contaminación costera. Debido a lo anterior, se analizó la
comunidad de foraminíferos bentónicos a una escala temporal y espacial, además de
identificar las anomalías en la morfología del caparazón de los mismos. Esto permitió
evaluar la relación a nivel comunitario e individual con las concentraciones de metales
pesados, indicando una respuesta frente a la contaminación en la Bahía.
Para tal fin, se analizaron 27 muestras de sedimento en total con una fracción mayor a 212
µm. De las cuales 11 fueron obtenidas a partir los testigos (escala temporal), 16 muestras
fueron recolectadas por medio de una draga de sedimento a diferentes isobatas (escala
espacial). Posteriormente, se realizaron análisis cualitativos (diversidad taxonómica,
morfogrupos y tipos de anormalidades en el caparazón) y cuantitativos (Índice de
Anormalidad en Foraminíferos - FAI, porcentaje mínimo y máximo de anormalidad, riqueza,
diversidad, cluster UPGMA, porcentajes de similitud-SIMPER, escalamiento
multidimensional (MDS) y de similitud- ANOSIM). Además, de evaluar la correlación entre
la estructura comunitaria, y el FAI con las concentraciones de metales pesados, a partir de
un Modelo Lineal Generalizado (GLM).
Los resultados indicaron condiciones de estrés ambiental, observándose una proporción de
caparazones anormales dentro de los rangos descritos para zonas contaminadas,
reflejándose un cambio en las condiciones ambientales de la bahía, a partir del año 2004.
En donde se detectó un ambiente micróxico, mientras que los años anteriores señalaron
disóxia. La abundancia de foraminíferos se relacionó de manera inversa con la
concentración de metales pesados, afectando la supervivencia de las poblaciones,
posiblemente por la alteración del funcionamiento celular. Por el contrario, el índice de
anormalidades en foraminíferos (FAI) se relacionó positivamente con la cantidad de metales
pesados, específicamente con el Vanadio. Esto indicó que las concentraciones de metales
pesados están afectando la estructura de la fauna bentónica en la bahía de Mejillones,
generando cambios en las condiciones ambientales, como la intensificación en la hipoxia.
Lo que permite destacar la utilidad de los foraminíferos como herramienta para el monitoreo
ambiental.