Resumen:
Remolinos y meandros de mesoescala son estructuras de ocurrencia frecuente frente
a los sistemas de borde oriental. En el sistema de corrientes de Chile-Perú (SCCP), el
análisis de más de una década de datos satelitales de viento, anomalía del nivel del mar y
clorofila, revela que los remolinos de mesoescala se generan cerca de la zona costera y se
propagan hacia el oeste a velocidades cercanas al primer modo baroclino de una onda de
Rossby. En su desplazamiento, estas estructuras se observan modificando el campo
corrientes, generando zonas de alta energía cinética y extendiendo el área de alta
concentración de clorofila, más allá de la zona costera directamente influenciada por la
surgencia. De esta manera, en la zona de transición costera frente a la costa central de
Chile, los remolinos de mesoescala se observan asociados a más del 50% del máximo
invernal de la clorofila. En esta región, los remolinos de mesoescala pueden estar
incrementando las concentraciones de clorofila a través del bombeo de nutrientes, el
transporte horizontal de nutrientes y/o biomasa fitoplanctonica, además de la mezcla de
propiedades favorecida por las corrientes de meandro entre remolinos. De esta manera,
estas estructuras contribuyen a extender el área de alta productividad biológica alrededor de
800 km fuera de la costa y prolongan su duración hacia los meses de invierno, cuando la
actividad de la surgencia costera es menor.
La variabilidad interanual de la clorofila frente a Chile central se observa
estrechamente relacionada con la variabilidad de origen tropical asociada a El Niño. A
través de la reconstrucción del patrón espacial de la clorofila en las principales frecuencias
asociadas a El Niño mediante del método MTM-SVD (Multitaper Method – Singular Value
Decomposition), se observó que la señal de El Niño se trasmite principalmente desde la
zona costera hacia la zona oceánica a través de la propagación hacia el oeste de ondas de
Rossby y remolinos de mesoescala. Durante los eventos cálidos (fríos) estas estructuras se
observan con menor (mayor) energía, lo que podría condicionar una menor (mayor)
intensidad de los mecanismos de bombeo y transporte horizontal, generando las menores
(mayores) concentraciones de clorofila observadas durante estos eventos. De esta manera,
las ondas de Rossby y los remolinos de mesoescala son los principales responsables de la
trasmisión de la variabilidad de El Niño hacia la zona oceánica del SCCP, determinando
una fracción significativa de la amplitud y fase de la perturbación que llega desde la zona
ecuatorial a esta región.
El efecto de los remolinos de mesoescala sobre la clorofila también genera impactos
sobre niveles tróficos superiores del ecosistema pelágico, observados en la modulación del
hábitat pesquero de especies de peces pelágicos de importancia comercial, como es el caso
del jurel (Trachunus murphyi). La utilización de ~15 años (1995-2009) de información
pesquera de jurel, revela que las agregaciones de esta especie aparecen en el verano austral
en cercanías de la costa y se desplazan progresivamente a través de la zona de transición
costera hacia el invierno (junio-sep), asociadas a los frentes de baja temperatura y alta
energía cinética (EKE) generados entre los remolinos de mesoescala. En tales frentes,
procesos de sub-mesoescala parecen favorecer la concentración de presas y la formación de
agregaciones de jurel. Durante el periodo cálido de El Niño comprendido entre 2001-2007, se observó un retraso en el inicio de la temporada de pesca y un alejamiento de la costa de las agregaciones de jurel, asociado a una menor actividad de mesoescala y una menor oferta de ambientes apropiados para la formación de agregaciones. A pesar del retorno a condiciones más frías en el año 2008, la captura de jurel persistió mayormente oceánica, por lo que estudios adicionales sobre los cambios del ecosistema pelágico son aún necesarios para entender completamente la dinámica asociada a la variabilidad interanual del hábitat del jurel en la región.