Resumen:
La incorporación de la naturaleza en la ciudad tuvo sus primeros orígenes en los
paradigmas del urbanismo del siglo XX, en donde se planean diferentes formas de
construir ciudades con acceso a parques y jardines públicos. La creciente
importancia de la naturaleza pese a las presiones ejercidas por la urbanización de
las ciudades, ha impulsado investigaciones que analizan la evolución de las
ciudades en relación con sus áreas verdes y vegetación urbana, y también desde el
monitoreo de institucional con indicadores de sustentabilidad. Uno de los aspectos
investigados ha sido el entorno morfológico de las áreas verdes, como las formas
de las edificaciones y de los jardines, y tamaños prediales. En esta investigación,
se estudiaron cuatro barrios pericentrales del Área Metropolitana de Santiago
(Chile), con el objetivo de conocer qué características morfológicas, bajo un
contexto de desarrollo urbano, tienden a cambiar e influenciar la provisión de sus
áreas verdes y vegetación urbana. Se realizó una caracterización morfológica de
los barrios, a partir de sus orígenes, edificaciones, usos y áreas verdes, digitalizando
de imágenes satelitales. Luego, se evaluaron los cambios en la morfología de las
edificaciones, las áreas verdes y las coberturas del suelo, incluyendo la vegetación
urbana, usando métricas de paisaje e indicadores de áreas verdes, en un periodo
de 15 años. Los resultados dan cuenta de cuatro aspectos. Primero, dos barrios
característicos de la ciudad jardín, sufrieron mayores cambios morfológicos en las
edificaciones, tendiendo a volverse más residencial y otro con mayor equipamiento
e infraestructura vial. El primero impactó negativamente su provisión de áreas
verdes debido al aumento de su población, mientras que el segundo no tuvo
mayores cambios en la demanda. Tres barrios modificaron sus áreas verdes o
incorporaron otras nuevas, independiente de si cambiaron su morfología. Todos los
barrios aumentaron su impermeabilización, y perdieron cobertura vegetal.
Finalmente, se encuentran oposiciones en la utilización de indicadores de provisión
por habitante, ya que, sólo uno cumple el estándar de áreas verdes, mientras que
al utilizar el de cobertura vegetal total del barrio, todos los barrios se muestran por
sobre el estándar.